Categorías
Ambú

Uso del AMBÚ

El ambú, también conocido como «resucitador manual» o «bolsa autoinflable», es un dispositivo manual para proporcionar ventilación con presión positiva para aquellos pacientes que no respiran o que no lo hacen adecuadamente.

Es muy importante familiarizarse con su uso, especialmente si nuestro afectado ya tiene traqueotomía. Os voy a comentar dos principales usos del ambú en pacientes con traqueo:

1. Debido a un fallo del respirador. Si falla el respirador y no tenemos el otro a mano, tenemos que dar soporte ventilatorio manualmente con el ambú. Hay que mantener la calma, que el afectado también la mantenga y buscar un ritmo adecuado con el que se encuentre a gusto, mientras conseguimos solucionar el problema o que nos traigan el otro equipo.
Es muy importante llevar SIEMPRE el ambú con nosotros en cualquier salida de casa, por muy corta que sea y, sobre todo, no olvidarlo incluso en el ascensor, no sea que se estropee y se agote la batería del respirador mientras nos sacan, principalmente, cuando volvemos de la calle con menos batería.

2. Ante un puntual y repentino ataque de ansiedad o nerviosismo. Cualquier persona, en cualquier momento, puede sufrir un nerviosismo o un ataque de ansiedad por una situación sobrevenida. Las personas sanas, salvo en un fuerte ataque de ansiedad, en muchas ocasiones, no percibimos lo que ocurre en nuestro cuerpo: un aumento de la frecuencia cardíaca, la cuál compensamos, inconscientemente, con un aumento de la frecuencia respiratoria. Pues los afectados que ya no respiran por sí mismos no pueden controlar eso porque la máquina tiene fijada una frecuencia respiratoria, independientemente de nuestro estado. Por lo que, cuando aumenta nuestra frecuencia cardíaca, no se compensa con la respiración y, como consecuencia, se tiene una sensación de ahogo y falta de aire muy desagradable y similar a un ataque de ansiedad. Se puede utilizar el tosedor o, mejor todavía, el ambú, ya que podemos controlar la velocidad e, incluso, el volumen de aire a introducir.

Imágenes cedidas por Jorge Murillo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *