Categorías
Cojines

Consulta: re-tapizado de cojines

PREGUNTA:

¿Me podríais decir la importancia del tapizado de la silla, cara al verano?, ¿existe la posibilidad de tapizar y que tela es la más adecuada?

RESPUESTA 1:

            Suponiendo que te refieras a la silla de ruedas, os cuento nuestra experiencia.

            Los tapizados que se montan de fábrica, pueden ser de tejido firme, o bien fino y delicado. Ambos técnicos y ambos transpirables

            Los tejidos firmes, con el uso permanente y ha humedad del sudor, tiende a cuartear la funda, incluso de forma lacerante, ya que algunos trocitos de capa llegan a desprenderse del recubrimiento de la funda. Un cojín original de repuesto puede costar más de 400 €, y su tejido es de inferior calidad y no tan microperforado. A nosotros no nos duró ni la cuarta parte del original (aun siéndolo, pero no idéntico, al confort plus).

            El tejido fino es demasiado transpirable, y llega a humedecer con mucha más facilidad las láminas de foam del interior, con mayor tendencia a crear hongos y bacterias, y dura mucho menos.

            Los cambios posturales incompletos en la silla, ya sea con los motores de reclinación o basculación (sin elevar las nalgas), son los que más influyen en las dobleces de las fibras, y en su descomposición y rotura. La humedad acelerada el proceso.

PROPUESTA DE PROTECCIÓN:

            – No tapizar. Y de hacerlo, incluir una cremallera, para que las costuras no se conviertan en un nuevo impedimento para la limpieza periódica de gérmenes en el foam interior.

            – Colocar encima un cobertor externo, un tapiz de paño, que sobresalga unos centímetros por cada lado, de manera que pueda cogerse con los dedos, y estirar el cobertor hacia el lado que convenga, para eliminar las arrugas. En las señoras que lleven falda, este borde no se aprecia. Si se tapiza con costura, intentar dejar estos trozos de tela colgando (o algo parecido), para corregir y re-posicionar, y así evitando arrugas que pueden convertirse en escaras.

            — El tejido cobertor, colocado encima, se puede cambiar y poner en la lavadora con la asiduidad que se requiera.

            – Fibra similar a toalla. Ventajas: Puede ser más confortable cuando no se lleva pantalones, y recoger más humedad. Desventajas: tela más gruesa, mayor tamaño de las arrugas, y cuesta mucho más eliminarlas, porque, con el peso de no levantar al pasajero, la fibra de toalla se estira, y la arruga se mantiene, o tarda mucho en eliminarse.

            – Fibra de paño firme de algodón. Carece de inconvenientes, e incluso se estira sobre cojín de panal inflado de aire, con pasajero incluido.

LIMPIEZA:

             – Retirar la cremallera con cuidado de no “pillar” la costura interior. Aparecerán diversas capas de foam. Cada color de foam, corresponde a una resistencia diferente. Si se despegan, colocar en el mismo orden, sobre todo las del centro. Se pueden comprar trozos sueltos de todos los colores, en las tiendas que venden gomaespuma.

            – No importa encontrar un asqueroso desastre de gérmenes, propio de la caída de agua, sudor, comida, etc., que han atravesado la capa microperforada.

  • 1ª Fase: Sulfato de cobre: 12 € kg. Disolver 5 gr en polvo (o cucharada de café) en envase de spray de medio litro de agua; pulverizar el exterior y apretar con la mano enguantada, para que penetre; dejar actuar durante 24 horas. No quedará ni un hongo.
  • 2ª Fase: Alumbre de roca: (sulfato de aluminio potásico a 3,5 € kilo) también cucharadita de café (o rayar de una barra de piedra desodorante de silicato de aluminio), y disolver.  pulverizar el exterior y apretar con la mano enguantada, para que penetre; dejar actuar durante 24 horas. No quedará ninguna bacteria.

            – Si la funda original está ajada y con arrugas del uso, y fundamentalmente en el centro: Retirar la cremallera y colocar un retal circular de goma espuma de 2 cm (incluso del flojo del color naranja), en la parte central, pero por abajo (nunca en la zona de arriba). Si la cremallera no consigue cerrar, reducir el diámetro del retal con una tijera, hasta que se consiga cerrar y el cojín vuelva a recuperar la compostura de antaño.

Si no se hincha lo suficiente, incorporar una nueva lámina de foam o gomaespuma siempre por la zona de abajo.